Es un proceso socio-educativo y político permanente que promueve una ciudadanía crítica, responsable y comprometida, a nivel personal o colectivo, con la transformación de la realidad local y global para construir un mundo más justo, más equitativo y más respetuoso con la diversidad y el medio ambiente, donde todas las personas podamos desarrollarnos libre y satisfactoriamente.
Como modo de actuación y relación de la Red, se propone el principio de horizontalidad: todas las organizaciones que la conforman quieren promover un modelo de relación entre organizaciones que sea más horizontal y multinivel, que reconozca la diversidad de cada organización en cuanto a estructuras, capacidades y misión de cada una, y al mismo tiempo fomente relaciones de equidad. La gran importancia de este punto para todas las organizaciones implicadas hizo que en un primer momento se constituyera como un objetivo en si mismo. En realidad, este nuevo modelo de relación contiene la razón de ser de la Red: nace para iniciar contactos, debates e intercambios sobre la educación para el desarrollo entre organizaciones de distintos países en términos de equidad.
La Red Internacional de Educación para la Ciudadanía y la Transformación Social se identifica con los postulados y la práctica de la educación popular, como expresión y producción de una pedagogía liberadora. Así, concebimos la educación como la posibilidad de transformación de sí mismo, de transformación con otros y de transformación del entorno, y no sólo transmisión de conocimiento
El acceso a los saberes más significativos de una comunidad, condiciona la posibilidad de acceso y ejercicio del poder. Saber y poder son dos caras de un mismo proceso. Cuando hablamos de educación como práctica política nos referimos a la “construcción de poder” dentro de un contexto. Poder para hacer, para transformar la realidad de injusticia, y poder con otros, para construir colectivamente un proyecto social de inclusión y equidad.
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